Tras haber hablado anteriormente sobre el proceso de creación del CD, y haber conocido casos de éxito de ventas como el de CD Baby, el cual podrás leer aquí si eres un amante de la industria de la música; hoy volvemos para seguir hablando de música y temas relacionados con la impresión y duplicación de CD y DVD. En esta ocasión trataremos un tema bastante discutido entre los melómanos. Si te gusta disfrutar de un buen sonido, quizás alguna vez te has preguntado qué suena mejor, ¿el CD, el Vinilo o el sonido en DVD?
Los más clásicos y hipsters dirán que son amantes de la imagen tan peculiar de los surcos o marcas del vinilo, ya que dan un aspecto tan retro y analógico que no se puede comparar con la frialdad del Disco Compacto. Es recurrente decir que el sonido del CD es “frío” y justo en cuanto a rango dinámico, mientras que los protectores del CD afirman que el vinilo se caracteriza por la distorsión armónica que produce. Es de suponer que para gustos, hay colores, o en este caso sonidos. Pero lo cierto es que una de estas afirmaciones no es del todo falsa, pues según estudios el oído humano tiene un rango dinámico de unos 120 dB, el vinilo un rango dinámico máximo de 65 dB y el CD tiene entorno a 96 dB. Por tanto, se puede entender que el CD mejora el sonido del vinilo, aunque por muy poco.
Como curiosidad, la música en vivo entre 100-120 dB y es por ello por lo que nunca podremos igualar la sensación de escuchar nuestra canción favorita en vivo que grabada en un CD de audio.
Para poder decidir qué suena mejor, no podemos quedarnos únicamente con el dato de los decibelios, también debemos prestar atención al espectro audible (es decir, a los sonidos que somos o no capaces de escuchar). Por lo general, el espectro audible del oído humano se encuentra entre los 20 Hz y los 20 kHz. Esto es muy diferente en cada persona y según la edad, ya que se dice que cuando somos pequeños podemos oír frecuencias más altas y que cuando crecemos perdemos esta cualidad. Así, la mayoría de las personas adultas se quedan en 17 kHz. El CD muestra la música a 44’1 kHz y muchos altavoces de agudos consiguen llegar a los 30 kHz.
Con estos datos, el CD queda como claro vencedor, o no. El DVD-A (DVD de audio), va mucho más allá pues es capaz de contener frecuencias muy altas de hasta 192 kHz. Estas cifras solo están disponibles para profesionales que trabajan con el sonido en estudios y necesitan una calidad auditiva muy buena. En el proceso de impresión y duplicación de CD, la diferencia de hercios es apenas notable. De hecho, se dice que el ser humano es capaz de distinguir entre el sonido producido por un CD y un DVD-A.
Por último, también debemos comparar lo que se conoce como “ruido” entre el CD y el vinilo. De forma breve, se puede decir que en el caso del disco compacto, al estudiar el “silencio” se observa que el ruido del CD pasa de -88 dB a -108 dB en frecuencias de 20kHz. En el caso del vinilo, este ruido es más bajo que el del CD para frecuencias entre 1 kHz y 10 kHz, mostrando únicamente de -84 dB a -96 dB. Por lo tanto, se puede decir que el ruido es menor en el clásico vinilo. De una forma u otra, en el proceso del CD estos valores son casi indistinguibles.
Tras analizar los datos, podemos ver que ambos dispositivos de audio ganan en aspectos diferentes. Si tuviésemos que buscar un ganador claro, probablemente ganase el CD por ser más moderno, pero lo cierto es que el disco de vinilo cuenta con una magia especial que lo hace único. Si eres un amante de la música, sabrás disfrutar de lo que aporta cada uno.