La actual industria de la información se ha visto revolucionada en los últimos años gracias al auge de las actuales tecnologías que hacen que almacenar y transferir datos ya no sea lo mismo. Hemos visto como hemos avanzado de lo físico y palpable a lo digital e intangible en menos de una década. La cuestión está en preguntarse en si realmente hace falta que todo se integre de forma digital y que la información sea algo que no podamos “tocar”. Aunque puede parecer un tanto extraño, lo cierto es que en nuestro tiempo sigue habiendo que cabida para el almacenamiento físico.
En este artículo nos centraremos en un dispositivo de almacenamiento bastante clásico pero que sigue teniendo su lugar en la industria, el CD. Si, quizás para algunos puede ser una tecnología obsoleta pero lo cierto es que sigue viva entre nosotros.
Inventado por Sony y Philips
El Disco Compacto o CD, que es como todos lo conocemos se remonta al año 1981 y se creó con la idea de que fuera un dispositivo de almacenamiento de audio de alta calidad y que permitiera el acceso directo a pistas de sonido digital. Los responsables de su lanzamiento fueron las grandes compañías Sony y Philips.
Dimensiones y capacidad del CD
Seguramente todos estos años que has estado utilizando CDs nunca te has preguntado que dimensiones tiene. Aquí las dimensiones son de lo más importante, ya que como supondrás, la instauración del CD como elemento de almacenamiento universal consiguió que una gran multitud de dispositivos de reproducción fuesen diseñados en base a estas medidas. Así, equipos de música, reproductores de todo tipo, lectoras de CD/DVD,… tienen el tamaño idóneo para esta tecnología que no es otro que 12 cm de diámetro y 1,2 mm de espesor (aunque este elemento puede variar entre 1,1 y 1,5).
Respecto a la capacidad de la información que puede soportar este formato, los más mayores y acostumbrados a este dispositivo la conocerán bien: hasta un total 650 MB de datos, o hasta 74 minutos de audio. De esta forma, tendremos un almacenamiento que equivale a unas 300.000 páginas de texto escritas. Visto así, es lógico que además para su uso en la industria de la música, el CD se utilizará para almacenar datos y documentos.
¿De qué está hecho?
Si, muchos diréis que está fabricado en plástico. Cierto, pero un CD esconde mucho más. En concreto, el término adecuado es policarbonato (un sustrato plástico utilizado en multitud de productos), que está pegado a una fina capa metálica reflectante (causante del aspecto brillante más característico de los CDs). Esta capa puede ser de Oro de 24 kilates o de una aleación de plata. Aquí el factor económico entra en juego, ya que como bien pensareis construir un CD en con la aleación de plata es más barato. La capa reflectante se halla recubierta por una protección contra rayos UV, creando una superficie que favorece la protección de los datos. En último lugar encontramos una capa opcional en la que se puede añadir una impresión (imagen).
Como curiosidad, la capa reflectante contiene pequeños baches que apenas diferenciamos, pero que son los causantes de que la información se codifique y se grabe en el CD.
Si te ha gustado este artículo sobre el lanzamiento y diseño de la tecnología del CD, próximamente compartiremos un nuevo post en el que continuaremos describiendo como es el funcionamiento de este dispositivo de almacenamiento que tantos años lleva con nosotros y que tantas alegrías y sentimientos varios ha despertado en nosotros.
Y tú, ¿conocías ya alguna de estas curiosidades acerca del CD? ¿Eres de los que se resiste a dejar atrás tus CDs?