La semana pasada aquí en Copysan, tus expertos en impresión y duplicación de CD y DVD, publicábamos un artículo cuestionándonos si Spotify podría terminar con la impresión de CDs en el mercado musical. No hay que olvidar que plataformas de streaming como Spotify, Deezer, Apple Music o Tidal son la mejor opción para dar a conocer artistas potenciales al comienzo de su carrera, aunque no para superar a cantantes y músicos grandes y conocidos. De forma similar ocurre con Youtube, que se ha vuelto una de las mayores plataformas musicales del momento. Todo gran artista tiene que tener su música en la plataforma de streaming de vídeo por excelencia.
Lo cierto es que, nos encontramos en un momento en el que la gente valora mucho más que el ultimo single de su artista favorito esté en Spotify o en su canal de Youtube el mismo día de su lanzamiento, que esté disponible para compra física en grandes superficies. Muchos usuarios han dado el salto totalmente al formato digital y ya no recuren a comprar CDs. Este cambio tiene dado también gracias a la evolución tecnológica, que ha permitido que podamos disfrutar de contenidos digitales en cualquier lugar: en casa desde el PC o desde una SmartTV; en la calle desde nuestro smartphone, o incluso desde el coche.
Todo ello ha conseguido un incremento de usuarios en este tipo de plataformas, y por tanto un mayor beneficio. Así, los ingresos derivados de las plataformas en streaming del último trimestre de 2015 aumentaron un 45,2% desde 2010 y reportaron 2.537 millones de euros.
¿Cómo se consiguen tantos beneficios?
Todos estos espacios viven gracias a sus contratos con discográficas, a la publicidad, y a las cuotas que pagan algunos usuarios. Claramente para que una canción suene en Spotify, ha habido una negociación previa, y una inversión por parte de la discográfica. Por otro lado, la publicidad está muy presente, ya que la mayoría de los usuarios no pagan una suscripción. A cambio de esta condición, estos servicios emiten publicidad de otras marcas, artistas y demás, entre las canciones que escuchas. ¿Os imagináis los contratos publicitarios que puede manejar Spotify? Tal es el poder de llegar al público de esta plataforma, que las grandes marcas invierten muchos millones. Por último, también se encuentra esa gente paga una suscripción mensual, que suele rondar los 10€, por tener acceso a toda la música sin ninguna limitación y sin publicidad de por medio.
Aunque hay mucha gente que no entiende la lógica de pagar este tipo de suscripción (no olvidemos, que estas pagando unos euros por tener acceso de manera legal a miles de trabajos de artistas, cuando tú quieras y en multitud de dispositivos), lo cierto es que estos servicios premium cuentan ya con 68 millones de usuarios, un número que se situaba en 41 millones en el 2014 y en 8 millones en el 2010.
Las cifras que hemos manejado hasta ahora te pueden hacer pensar que los artistitas pueden vivir muy bien gracias a estas plataformas de streaming porque acercan su música a todo el mundo. No es exactamente así.
La IFPI (Federación Internacional de la Industria Discográfica) denunció en su informe el pasado año que los artistas y las discográficas no reciben una justa remuneración por sus trabajos, debido a un cambio en el mercado, denominado “brecha de valor” y de la que se “benefician” plataformas como Youtube. Estas plataformas cuentan con hasta 900 millones de usuarios, un “volumen considerable que genera una pequeña proporción de beneficios a la industria musical”, según la IFPI, en concreto 554 millones de euros. Se encuentran ante “un problema estructural que hay que mejorar con legislación” y que afecta no solo a discográficas y artistas sino también a fotógrafos o medios de comunicación como las televisiones.
Parece que junto a las plataformas de streaming ha llegado también la infravaloración del trabajo de los demás. Seguimos teniendo esa mentalidad que no entiende que el trabajo de un artista y su valor es el mismo, ya sea si compras su CD en una tienda o si lo escuchas en Internet, y por tanto debería recibir el mismo beneficio de ambos canales.